No confundir con ‘harina de hueso’ que se utiliza para floración por el aporte de fósforo.
La harina de sangre es muy utilizada para el cultivo de comestibles, aporta gran contenido de nitrógeno y tiene excelentes propiedades. La puedes adquirir en cualquier tienda de jardinería o agricultura.
La recomiendo solamente para aquellos que estén acostumbrados a fertilizar ya que puede generar sobrefertilización muy fácilmente.
- En una botella llena hasta el 10% de su capacidad con harina
- Llena el resto con agua que habrás dejado reposar al menos 24 horas
- Mezcla bien y déjala reposar
- Vuelve a mezclar cada cierto tiempo y abre la tapa para dejar salir los gases que se generan
- Espera unos días hasta no queden sólidos en la botella
- El contenido de la botella lo vuelves a mezclar con agua reposada, a razón de 1 parte de solución por cada 10 partes de agua.
Con esta nueva solución doblemente diluida ya puedes abonar tus plantas.
Cuida de no aplicarlo más de 2 veces a la semana. Hablando de fertilizar, se dice que “menos es más”. Siempre es mejor tener que aplicar un poco varias veces, y así asegurarnos de no sobrefertilizar y afectar las raíces.